Lo primero que has de saber, es que la Posidonia oceanica no es un alga sino una planta fanerógama, es decir, una planta superior que cuenta claramente con raíz, tallo, hojas, flores y frutos con semillas. Crece en un fondo móvil o arenoso, mientras que las algas pertenecen a fondos duros o rocosos. Se trata de un endemismo del Mar Mediterráneo.
Sus hojas verdes son largas y aplanadas, pudiendo llegar a medir hasta un metro y medio, y forman extensas praderas en el fondo marino desde casi la superficie hasta los 40 m de profundidad, si la calidad del agua lo permite.
La Posidonia florece a principios de otoño, aunque no sucede todos los años, y además suele pasar desapercibida al ser las flores de color verde. Los frutos son llamados «olivas de mar», unas bolas que, tras desprenderse de la planta, flotan hasta la orilla del mar donde suelen aparecer entre mayo y junio. Las fibras de las hojas y los tallos muertos, forman con el vaivén de las olas unas bolas que se acumulan en la playa.
Este ecosistema beneficia en muchos aspectos a la vida marina, proporcionando grandes cantidades de oxígeno, producido durante la fotosíntesis; constituyendo el área de reproducción, cría, alimentación y refugio de numerosos organismos marinos (equinodermos, moluscos, peces, etc.); manteniendo el equilibrio sedimentario en el litoral evitando la erosión de la costa, ya que las praderas actúan como barrera, atenuando el efecto del oleaje y protegiendo a las playas de la acción de las olas.
Entre muchas de las propiedades de esta planta, una de ellas es que es capaz de multiplicar la superficie del suelo entre 20 y 50 veces. Esto significa que en un metro cuadrado de suelo, los animales y vegetales fijos disponen de 20 a 50 metros cuadrados para establecerse. Las hojas están recubiertas de pequeñas algas que acceden de esta forma a la luz y de pequeños invertebrados que filtran las partículas en suspensión (organismos epibiontes).
Uno de los efectos del follaje de la Posidonia es que frena la masa de agua ocasionando la caída de numerosas partículas en suspensión que sirve de alimento, no solo a los epibiontes, si no también a otros filtradores, como los espirógrafos, las grandes ascidias y algunas esponjas.
Más información en: http://lifeposidonia.caib.es/user/index_cs.htm
Pero la Posidonia oceanica, fuente de vida para muchas especies, está en peligro.
La expansión de las algas verdes de origen tropical Caulerpa taxifolia y Caulerpa racemosa es un fenómeno relativamente reciente y una amenaza para nuestras praderas de Posidonia. Ambas especies son comunes en diversas zonas cálidas tropicales del planeta. La primera de ellas, C. taxifolia, fue introducida en el Mediterráneo Occidental de forma accidental desde los acuarios del Museo Oceanográfico de Mónaco. Como resultado, a partir de una pequeña colonia de apenas 1 m2 de superficie en 1984, a finales del 2000 el alga había colonizado cerca de 131 km2 de fondos marinos de costas francesas e italianas desde el nivel del mar hasta más de 30 metros de profundidad, con colonias aisladas en Baleares, Sicilia y Croacia.
Ante este panorama, el impacto mediático de la invasión de C. taxifolia fue muy notable. Sin embargo, hoy día parece que su velocidad de dispersión geográfica se ha ralentizado (incluso detenido) y las praderas de Posidonia no parecen haber experimentado regresión por esta causa. Es como si su efectividad de invasor evaluada a largo plazo no ha sido la esperada. Mientras tanto, C. racemosa, otro clorófito tropical invasor al que apenas se le ha prestado atención, si parece estar cumpliendo las expectativas creadas con C. taxifolia. Se trata de un alga menos conocida que C. taxifolia, pero con una dinámica y evolución más preocupante.
Más información en: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/caulerpa_taxifolia_2013_tcm7-306899.pdf
Caulerpa racemosa procede del Mar Rojo y entró en el Mediterráneo Oriental a través del Canal de Suez.
La Caulerpa tiene un efecto devastador, ya que este alga puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio, esté contaminado o no.
La expansión continúa y constituye un gran riesgo para el ecosistema del litoral Mediterráneo. Muchas especies desaparecen con su presencia, produciendo un sensible descenso de la biodiversidad. Debido a las toxinas que contiene el alga, no es comestible para la microfauna. Los depredadores naturales son moluscos, erizos de mar y peces.
Su diseminación se atribuye a su transporte en los sistemas de anclaje de los barcos y a las redes y aparatos de pesca. A estas alturas nada hace pensar que la Caulerpa pueda desaparecer de forma natural y no hay ningún indicio de que su expansión se ralentice.
Caulerpa racemosa no parece penetrar en las praderas densas de P. oceanica, pero si cuando la densidad es baja o la pradera está muy fragmentada, bien de forma natural o bien por causa de un impacto antrópico. Con esta información final, queremos transmitir la gran importancia que tiene la conservación de nuestras praderas de Posidonia oceánica, tanto para evitar la introducción de dichas especies invasoras, como para mantener la buena salud de nuestro Mar Mediterráneo.
Más información en: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/caulerpa_racemosa_2013_tcm7-306898.pdf
BERTA FELIPE BENAVIDES
Estudiante de ciencias ambientales de la Universidad de León
MERCEDES VARELA
Doctora de biología marina por la Universidad de Alicante
la nota que publicaste me fue demasiado util, voy a aprovecharla y mandarsela a un amigo por fb que estaba buscando lo mismo, muchas gracias por compàrtir la data 😀